LA RUEDA
La rueda es un icono de la civilización humana que encontramos en casi todas las manifestaciones de nuestra tecnología actual. Representa un elemento mecánico que es básico en los sistemas de desplazamiento marítimo, aéreo o terrestre, así como en un sinfín de instrumentos de manejo cotidiano, incluyendo máquinas de complejidad tan rudimentaria como las poleas. Se considera que el hombre pudo haber inventado la rueda en el Oriente Medio o Mesopotamia hace unos cinco mil años. Sin embargo, su empleo requiere un cierto desarrollo práctico además del conocimiento de su mera existencia, porque parece que los nativos del Nuevo Mundo no habían llegado a su utilización en la época de la conquista americana por los españoles.
Por su dureza y ductilidad, y en función de las posibilidades técnicas de la época, la madera fue el material idóneo para la construcción de ruedas, y siguió utilizándose hasta la llegada de la llanta de goma maciza. En este sentido, cabe destacar la lenta evolución que tuvo este invento, ya que si bien se fue perfeccionando, lo cierto es que no sufrió modificaciones sustanciales hasta mediados del siglo XIX, con el advenimiento del neumático.
En la actualidad, los neumáticos se fabrican con caucho y refuerzos de hilo, y están especialmente diseñados para brindar la mayor eficiencia en el arranque, el frenado y la guía de los vehículos automotores.
Su presencia en el motor flagelar, como elemento estructural, precedió con mucho a la aparición de otros sistemas locomotores convencionales y, por supuesto, al desarrollo de las ideas de los primeros ingenieros humanos. Por sorprendente que parezca, podemos concluir que la rueda la inventaron las bacterias mucho antes que el ingenio del hombre.